Esta entrada no forma parte de una nota, tarea u obligación por escribir en mi blog, pues el objetivo de esto es adquirir el gusto por expresarnos por este medio. En esta semana he recibido uno de los golpes más duros en mi vida, pues en mi trabajo me pidieron que escogiera entre seguir cursando la maestría y seguir laborando, no entendí el porque de esta determinación ya que venía esforzándome en ambos aspectos y al parecer como vieron que así era inventaron cambiarme de lugar para tener que estar en la tarde, cuando ellos mismos me pidieron que me inscribiera en este semestre al horario vespertino para que no llegara tarde, atendí a sus peticiones, pero constantemente maximizaban los errores que tenía argumentando que por estar en maestría ya no debía cometerlos, como si el cursarla me hiciera genio. La persona que me dijo tenía que decidir me comentó que le encantaría estudiar maestría pero no lo podía hacer porque está trabajando. Es notorio que el problema fue que cursarla, sentí una profunda impotencia y tristeza, pues no podía creer que quisieran limitarme pues ya había pasado el período de altas y bajas en la escuela y no podía dejarle.
Constantemente me decían que donde estaba era un lugar privilegiado, pero yo se que mi lugar en posgrado también lo es, y si desperdicio mi juventud y las ganas por estudiarla y superarme le daré gusto a esas personas que se conforman con un lugar en el gobierno cuando ni si quiera cuentan con un título, y no pretenden cambiar pues se acostumbran a su comodidad burocrática y mediocridad, y si ven a una persona que los supera por lo menos en algún aspecto su impulso es detener su camino.
Yo podía estudiar y trabajar pero no me permitieron seguir, lastima pero espero haber tomado la decisión correcta y el tiempo me lo demuestre.
Se que muchos compañeros hacen lo mismo y les digo que sigan adelante y el día que sean jefes, o desempeñen un cargo importante o sean maestros nunca olviden lo difícil que fue cursarla y sobre todo no ver como sus potenciales rivales a sus compañeros o subordinados, pues el único rival es uno mismo, pues disfrutamos nuestros logros y aprendemos de nuestras derrotas, nadie más.
Que emocionante sería trabajar en un lugar dónde todos tuvieran maestrías o doctorados pues el trabajo, convivencia y forma de pensar sería distinta, pero es una utopía.
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