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domingo, 31 de octubre de 2010

La otra identidad


La racionalización es sustituir un racional plausible y aceptable, por un sentimiento inaceptable. Con este dispositivo de protección, una mentira es encubierta por una razón. La mente racionaliza equivocaciones, encuentra excusas de por qué no debe hacer algo. Nos mentimos a nosotros mismos, ¡y tenemos la audacia de creérnoslo!

Cuantas veces racionalizamos nuestro actuar aunque no sea correctamente aceptable y no aceptamos que pudimos equivocarnos, constantemente buscamos culpar a alguien más es parte de nuestra naturaleza, adoptamos otra identidad, punto de vista, idealización o idea fija, por su valor para la supervivencia, su capacidad para hacernos tener la razón o sentirnos bien, y al otro estar equivocado o sentirse mal, es una solución segura; un desacuerdo o realidad inaceptable,  fallas en la comunicación, comprensión o empatía en su relación con el otro; un problema actual y las "formas de evitarlo"; algo que hemos hecho sobre lo que sentimos vergüenza o culpa y tenemos miedo de ser descubiertos; una evaluación que alguien está haciendo y afecta nuestra libre elección; una invalidación que recibimos y que nos afecta.

Estos son factores que causan compulsiones e inhibiciones que impiden permanecer estable en el presente y vivir conscientemente. La vida se vuelve seria, sólida, pesada. El pensamiento es "ellos y nosotros", basado en la razón compulsiva de la identidad; soluciones seguras a problemas irresolubles. Los juegos están detenidos sin saberlo. Uno es infeliz y vive como efecto, al menos en el ámbito de los propios objetivos verdaderos. Uno queda atrapado en identidades fijas y fines fallidos; uno ya no sabe quién es. Y todo esto es "normal" para la mayoría de nosotros.

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