Miedo, miedo, miedo, todos en algún momento lo sentimos, pero que el estado lo utilice como herramienta de control para que los ciudadanos no piensen en otra cosa, es un situación de cuidado, pues jovenes y niños son el reflejo de lo que viven en su casa y en su país, no son monstruos que salen de la nada, depende de nosotros detener esta situación. En EUA es incontrolable el uso de armas por parte de los nacionales pues es legal tenerlas y a pesar de la masacre que unos jovenes realizaron en Columbine, o el del niño de seis años que mató a una compañera en el colegio, parece no llamar su atención y les gusta vivir si así, si de esa forma se puede llamar vivir.
Las personas necesitan atención y ser escuchadas, pero por la presión de la que son presa recurren a situaciones que apaleen su miedo, las armas no resuelven nada acaban con la vida de un ser viviente eso es todo.
En México cada día vivimos con más violencia, por la radio, en la televisión, en el trabajo en todos lados escuchamos situaciones terribles, que bueno que aún no tenemos la facilidad de los estadounidenses para adquirir armas pues en el tráfico ya existirían cifras elevadas de homicidios por enfrentamientos de los conductores.
Hay que desintoxicarnos de tanta violencia.
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